24 julio, 2009

Bricomagia.

El falso tabique.
Ocurre con frecuencia que, para no herir sus sentimientos, no sabemos que comportamiento adoptar ante un falso tabique. El falso tabique vive en un error constante, dando a su existencia un significado que en realidad no tiene. Pero la culpa no es sólo suya. Nuestro comportamiento no ayuda a que el falso tabique afronte la realidad. Solemos pintarlo, empapelarlo, le colgamos cuadros, le empotramos cisternas e incluso a veces ocultamos cadáveres tras él, como si de un tabique real se tratara.
La psicología tabical no tiene una solución satisfactoria para evitar la falsedad del falso tabique (redundancia) La Doctora Redundancia Mclister, del Departamento de Bricología de la Universidad de Delaware, opina que lo mejor es dejar vivir al falso tabique en su error dado que no constituye ningún peligro ni para él ni para el resto de la vivienda. Pero algunos de sus compañeros de departamento opinan que Redundancia Mclister, aún no teniendo demasiado pecho, tiene un polvazo de no te menees.
Como resolución a esta problemática la bricomagia recomienda someter al tabique a una cruda exposición de la realidad. Debe proyectarse sobre él escenas de películas cuyos protagonistas sean los tabiques más famosos de la historia: El Tabique de Berlín, el Tabique de las Lamentaciones en Jerusalén, el Gran Tabique Chino o el tabique nasal de Mick Jagger
Si aun así el tabique insiste en su actitud convendría internarlo en alguna institución adecuada donde sería convenientemente acolchado.

Próxima entrega: El zócalo con trastorno obsesivo compulsivo. 10 soluciones para mantenerlo paralelo al suelo.