Laviga me obliga, bajo pena de explicarme su parto con todo lujo de detalles, a formar parte de una cadena que algún degenerado con mucho tiempo libre ha ideado. Se trata de:
“Copiar el segundo párrafo de la página 139 del libro que están leyendo”.
La casualidad ha querido que en este momento me encuentre revisando mi novela “Párrafos y páginas” de Firulillo Ediciones. 2003. Por lo tanto:
Heme aquí, empezando el segundo párrafo de la página 139. Otra vez con esa extraña y desagradable sensación que no sé bien como explicar. Ya me pasó en el tercer párrafo de la página 27 y en el quinto de la 95. De haberlo sabido no hubiera puesto tanto entusiasmo en el primer párrafo de la página 1. Claro que he pasado buenos momentos: el sexto de la 21, el primero de la 65 ó los cuarto, quinto y sexto de la 102. Recuerdo como lloré al llegar al tercero de la 10 y como me reí en el cuatrigésimo noveno de la 12 (¡casi 50 párrafos en una sola página!). Esto no puede quedarse así, voy a pasar al siguiente párrafo. Allá voy.
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