21 marzo, 2007

Oigo voces

Contrariamente a lo que opina la comunidad psiquiátrica, la invención de seres imaginarios que nos hablan y a los que hablamos es altamente beneficiosa para nuestro equilibrio mental. Inmerso en una sociedad que se mueve a un ritmo vertiginoso, el ser humano actual no es capaz de asumir en solitario la responsabilidad que conlleva la toma de decisiones para las cuestiones más importantes de la vida.

Como no todo el mundo es capaz de inventarse el ser que más le conviene propongo aquí una colección de entes que bien seguro podrán ayudarnos en muchas de las cuestiones que nos preocupan o por lo menos tendremos a alguien a quien poder echar la culpa. He aquí:

Los
gonococos. Aunque quizás les conozcas más por su afición a transmitir la gonorrea, te serán imprescindibles a la hora de elegir una escuela para tus hijos.

Micaelo. A pesar de tener un nombre extraordinariamente ridículo puede sernos sumamente útil para tomar decisiones de tipo metafísico. Pídele consejo sobre la existencia del ser, la existencia del no ser y la existencia de personas que usan americanas de pana con parches en los codos. Solo habla masai.

Los Pitufos. No pitufan para nada.

Los Hyperiones. Estos viven en el ADN, pero un par de semanas al año se trasladan al sobaco. Resuelven cuestiones de dinero y dejan como nuevos los retrovisores de tu vehículo. No exponer a la luz solar.

Hóckity, Póckity y Orejitas. Los tres conejillos tienen mucha experiencia en temas relacionados con el amor. Pregúntales a ellos si tienes dudas entre quedarte con Juan, el del oficio estable o Pedro, el de la polla gorda.

Los Silicatos. Suelen decir que si a todo por lo que son ideales para la mayoría de nuestros problemas. Usa y abusa de ellos cuanto necesites. Comen barritas de cereales.

Till Eulenspiegel. Sus respuestas son enigmáticas y acostumbra a acompañarlas con números musicales de viejas obras de Broadway. Era el preferido de Hitler y se cree que fue Till quien le aconsejó invadir Polonia.

Don Hilarión. Es un poco sordo por lo que hay que gritarle las cosas. No hables con él en el transporte público. Decide como nadie los canales de televisión y el estampado de las cortinas del baño. También sabe cosas sobre la muerte.

En fin, aquí tenéis unos cuantos. No dudéis en consultarles vuestros problemas.
Por otro lado, si ya disponéis de vuestros pequeños ayudantes, sed generosos y compartirlos con nosotros en los comentarios.
Actualización a 22.03.07
Laviga habla con:
Alférez Don Eduardo. Contesta multiples choices, completa los crucigramas que abandonan nuestras madres y colecciona etiquetas de aerosoles matapolillas, cosa que es muy útil para darte corte de extravagante entre tus amigos de copas. Parece un Gremlin, pero es un alférez.
El Tano Gauna. Se inmola voluntariamente, valga la redundancia, frente a las cajas de supermercados para que vos te puedas ir sin pagar. Lo malo de éste es que, como los fósforos y los preservativos, solo lo podés usar una vez.
Cabizbundo y Meditabajo. No sirven para nada, pero están. Que no es poco.
Elena Corredora. Corrió hacia el bosque y aún no ha vuelto, pero vendrá para la Pascua o para Trinidad. La esperamos impacientes.
Mangamoncio le pregunta a:

Kijxsworpflvtoijkkh, o el Duende de Nombre Impronunciable. Da masajes en espalda, cuello y extremidades, a pesar de carecer de brazos. En noches de luna llena, imita a Frank Sinatra.
El Señor Adolfo. Viste traje gris, corbata y zapatos bien limpitos. No aporta nada, pero siempre es agradable encontrarse a alguien en casa cuando uno vuelve de noche.
La Virgen de la Muela. Canta nanas, ilumina el corazón en noches de tempestad y llora sangre. Esto último es bastante desagradable, pero espanta a los malos espíritus y a las vecinas cotillas.
Fiki y Stomberger. Son dos ectoplasmas que cazan ácaros y otros insectos. Limpian la casa de pelusas y excrementos de rata. Fiki es sordomudo. Stomberger cree que Fiki es muy tímido.
Actualización 23.03.2007
Anaik Frita tiene algo con:

Los Jarods. Enanitos chiquititos que viven dentro de la PC y hacen que funcione. En realidad no sé como se llaman pero a todos les digo Jarod porque me hacen acordar a El Camaleón.Son fantásticos, pero cuando hace calor se tiran a dormir la siesta debajo del Cooler en minúsculas hamacas paraguayas, tomando daiquiri de durazno y muestran en mi monitor carteles que dicen "La aplicación a la que trata de acceder no responde".
José Antonio Domínguez Banderas . Le susurro despacito cosas como "Átame", "Sácame la máscara del zorro" y cosas por el estilo. Pero hasta el día de hoy todavía nunca me ha contestado.

Dracma mantiene una relación tormentosa con:

Su dedo índice. Le dibujaba con ternura ojitos de pirómano y una simpática sonrisa torcida. Siempre estábamos juntos y podía contar con él para todo. Tan pronto estábamos eliminando pruebas, como bailando a todo trapo el hoola-hop, él, con mi anillo, y yo con mi aro.
Pal recordó lo suyo con:

El pelolito. Así se llama mi dedo índice. Es simpático. Nunca a prendió a hablar en alemán , y se va en moto a buscar a mi hijo a la escuela... antes el Adri se lo llevaba en el bolsillo al jardín infantil.

Gusgo... bueno, Gusgo es grande:
Santo-Yacso-Manacuilli. Experto en resolución de exámenes difíciles. Si la pregunta parece no tener respuesta, a el haz de acudir. Lo único malo es que, normalmente, se ausenta justo en la hora de los exámenes.
Topopitos. están considerados como "malos consejeros", pero a menudo son más divertidos que los demás.
Etheriel. Ángel de la guarda, dulce compañía, que no me desampara ni de noche ni de día (y no me deja solo porque moriría...)
Alex Jodorowsky. Sus consejos a menudo son esplendorosos e inconmensurables, pero también ininteligibles.
Actualización 27.03.07
Furia conversa con:
Los Camarangoncitos. Se la juegan bien en filosofía, mates, antro e historia del arte.
San Pepino. Me ayuda a abrir wi-fis cerradas para uso gratuito.
San-to-colo. Es un éxito a la hora de resolver problemas existenciales y gastronómicos.
San-guchito. No sirve para un carajo, pero le invocamos todo el día.
Chancho. Es un elefante con complejo de paquidermo que escucha con paciencia de sicoanalista y bondad de misionero.
Eurípides. Prueba la comida y me dice si le falta sal.
La caña de España dicotomiza con:

Miyo demonio. Hazlo, hazlo...

Miyo angelito. ¿Pero a que esperas, so gilipoyas, es que no has oido que LO HAGAS?"